POR UNA JUSTICIA MEJOR.
La Justicia, digan lo que digan las encuestas, no funciona (o, al menos, no funciona todo lo bien que dicen que funciona).
El "cuestionable" esfuerzo llevado a cabo por la Administración de Justicia en los últimos ańos no ha supuesto, en la mayoría de los casos, el resultado esperado.
El día a día nos ha hecho ver que muchas de las normas promulgadas o reformadas por el Estado en el ejercicio de su competencia exclusiva en materia de Justicia han visto dificultada su inicial aplicación al carecer las Comunidades Autómicas con competencias en materia de Justicia de los medios necesarios para su idónea puesta en funcionamiento.
Técnicamente caminamos hacia una Justicia mejor. Sin embargo, en la práctica el camino está resultando ser más largo de lo deseado.
Es más que notorio que a pesar de las reformas legislativas los procedimientos, bien por cuestiones procesales, bien por razones de disparidad de medios entre los distintos órganos jurisdiccionales, siguen siendo interminables y los que no lo son, como los Juicios rápidos, pecan de ser "demasiado rápidos", trasgrediéndose, en ambos casos, el derecho de todos las personas a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos.
Las sedes judiciales, como si de hoteles se tratasen, son demasiado dispares a la pesar de servir todas ellas a una misma causa: Impartir Justicia.
Los jueces, en más casos de los deseables, siguen teniendo nombre y apellidos, cuando, el juzgado o tribunal que por turno le correspondiese conocer del asunto debiera ser, en Justicia, siempre indiferente.
La justicia material, en ocasiones, prima sobre la justicia formal obviándosee que tan importante es descubrir la verdad como que esa verdad haya sido obtenida con plena observancia de "las reglas de juego".
Los abogados siguen destacando más por razones cuantitativas que por méritos cualitativos. Ser abogado en Espańa es, a fecha de esta editorial, tan fácil como ser licenciado en Derecho. Pagando la colegiación sin más merito, cualquiera puede desempeńar el derecho fundamental de toda persona "a la defensa y a la asistencia letrada". Eso es una locura y por eso urge, por el bien de la Justicia, regular el acceso a la abogacía. Europa lo ha hecho y Espańa no es menos europea. Una abogacía preparada y fuerte, sin duda, habrá de redundar, no sólo en un mayor respeto por parte de (algunos) los órganos judiciales hacía la abogacía espońola, sino, lo que es más importante, en un mejor desempeńo del derecho de defensa.
.... Por todo ello, digan lo que digan, la Justicia debe seguir mejorando.
Francisco Reyes Minagorre>
forojuridico.com
Febrero 2.005